LITERATURA DE TERROR

El miedo, sin duda, es uno de los sentimientos más intensos que tiene el hombre; el miedo se produce al enfrentar alguna clase de peligro real o ficticio. Y su peso de oculto e indeseable le sirvió a la Literatura para crear uno de los géneros más fantásticos: el horror. La Literatura de horror utiliza recursos irreales, como muertos que se levantan o fantasmas, o en la enmarañada mente humana y sus temores más irracionales; todos estos temas han evolucionado, además, a lo largo de los siglos.

En un principio los relatos encararon la vida de la edad Media, donde la inquisición y las grandes pestes mataban por millares. Como resultado el temor a la muerte se agudizó y las historias se generaron como reflejo a esta dura realidad. Con ambientes cerrados y oscuros, pero con recurso demasiado gastados y poco originales. La calidad de estas primeras obras es menor a las posteriores que incorporaron nuevas vivencias y cambiaron junto con la percepción del miedo.

 

Con los avances tecnológicos a o largo de los siglos XVIII y XIX, los viejos temores se asentaron muy lejos de una realidad nueva, mucho más racional y lógica. Fue la mente humana la que se convirtió  en el peor enemigo de ella misma. Los alcances de una psiquis alterada, la doble personalidad, los crímenes o la paranoia son los recursos que más persisten en textos mejor elaborados que sus predecesores. Es en esta época cuando los cuentos de un gran escritor nacen y se  definen como clásicos; “Los crímenes de la calle Morgue “ es una de las más grandes obras que pertenecen al género.

 

Pero aun faltaba otro paso a seguir en la evolución del relato de horror. Si bien la mentalidad cambió en siglos pasados, en el siglo XX ocurrieron descubrimientos maravillosos que no solo sorprendieron. Las Grandes Guerras dieron cuenta del alcance de la maldad humana, lo que  convirtió el temor pasado a miedos tangibles y muy posibles; pero luego, los avances astronómicos enfocaron la atención de soñadores y de escritores que decidieron ir más allá de fascinación por lo bello. Nace en el siglo pasado una tendencia que lleva el miedo hasta lo desconocido y profundo; las posibilidades  de monstruos o retorcidas mentes humanas eran posibles ya que el universo podría contenerlos en algún rincón oscuro. La tecnología avanzó junto con el hombre hacia situaciones en las que las mejores invenciones podían convertirse en los objetos más macabros, capaces de poner nuestros miedos en nuestros hogares.

 

Así como nuestra mente evoluciona en inteligencia o razonamientos, nuestros miedos lo hacen también; un fantasma nos asusta igual que un e-mail desconocido o un aparato que se enciendo solo. Obviamente, para todo hay una explicación y las mejores siempre se posan sobre las páginas de los libros, sean lógicas o terribles. Los tiempos cambiaran, pero siempre tendremos miedo. Claro, en nosotros está decidir si cerramos el libro y miramos hacia atrás.

Por Danilo Salazar