Fue así: en el 2004 me dieron un volante que decía "Misfits", sí, en vivo en el Julio César Hidalgo. Costaba 20 dólares. De un volante no pasó. Pero no me decepcionó tanto porque no había escuchado lo suficiente a los Misfits.
Luego vi en la Internet banner HERMOSO; decía "Misfits 08*08*21 ". Compré el Boleto más caro, desempolvé mi primera camiseta de ellos por si me quedaba aún, pero no. Solo deseaba tener 30 dólares, rogué a parientes y cobré deudas, lo suficiente. De la nada abrí, unos días antes, un mail sobre un concurso o algo; al pie invitaba para una firma de autógrafos en "La Bunga". Por si las moscas llamé a un par de amigos y les dije esa buena noticia. Bebimos unas cervezas, tomé prestada una bici y pedaleé desde mi universidad (en realidad no es mía) hasta el lugar. No había nadie. Un guambra despeinado vestido de negro me dijo: ¿Eres punkero?. Antes de responderle le vi debajo de la chompa la camiseta del Horror Business. Supe que debía esperar. La gente llegó de a dos o de a uno. Yo estaba primerito. Mis amigos llegaron y estábamos primeritos, yo más bien tercerito.
Llegó una van vieja, blanca, equeña; nunca imaginé que los Misfits tenían habilidad de payasos para poder entrar en ese cacharro. Salió un calvo, era Robo. Corrí a gritar lo único que sé en Inglés: "Misfits Misfits". Cuando estaba cerca salio Jerry, con esa cara de buen tipo que nunca envejece, luego salió Dez, ese sí es viejo. De la nada salieron los grandulones corta notas y les escondieron adentro del antro. La fila, obviamente, había mutado y de repente estaba más atrás. Ya nada, a esperar.
Entré junto con mis dos mejores amigos, ojos llorosos de guambra mocoso. Y ahí si: desvístete para que te firmen hasta la nalga. Luego salimos a tomarnos unas pocas cuantas inofensivas cervezas, en minutos. Volvimos a hacer fila y a entrar, le di una cerveza pilsener al grandote del Jerry Only.
La memoria se me borró desde ese momento hasta el final de su concierto, pero esa es otra historia
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